Hacer música es una de las cosas más demandantes, neurológicamente hablando, que nosotros podemos hacer. Cuando estás tocando sin partituras estás realizando una combinación de operaciones mentales y físicas — traduciendo símbolos a movimiento, memorizando y recitando frases, todo al mismo tiempo, conseguiendo e integrando retroalimentación de lo que estás tocando.
De acuerdo a un estudio que comparó los cerebros de músicos profesionales, músicos aficionados y no músicos, encontró una correlación positiva entre entre ser un músico y un aumento en el volumen de materia gris en regiones de la corteza premotora del cerebro, que es la encargada de guiar los movimientos y el control de los músculos proximales y del tronco corporal.
Ahora, lo que estos drones están haciendo en el vídeo de arriba no es realmente comparable —los drones no están escuchando la música que están haciendo, o aprendiendo de ella.
Por supuesto, el crédito sigue correspondiendo a los programadores, en este caso, a KMEL Robotics, y en particular por la inteligente forma en que improvisaron el slide de guitarra. Se trata de un ejemplo de excelente coordinación, sincronización y movimientos incrementales que podemos programar para que los hagan grupos de drones, lo cual se ve muy atractivo.
A través de Motherboard.
No Comments