El origen del término en inglés breadboard, que se refiere al tablero blanco con orificios donde insertamos componentes electrónicos (protoboard), proviene de un pasado divertido cuando las tablas de madera donde se cortaba el pan eran robadas de la cocina por los aficionados a la radio, usándolas como lienzo para montar capacitores, inductores e interruptores caseros. En un período en que los componentes electrónicos comerciales eran limitados, cualquier cosa a su alcance era válido.
Andy Flowers, recientemente recreó algunos de los primeros transmisores utilizando los mismos recursos y técnicas de la década de 1920 para la fiesta de QSO Bruce Kelley 1929. El estilo de los transmisores se basa en el circuito oscilador de Ralph Hartley construido para Bell Telephone en 1915. La mayoría de los componentes que él usó son de aquellos tiempos, y uno de los bulbos que usa es incluso uno de los cuatro bulbos del primer contacto transatlántico en 1923.
Además de los tubos de vacío (que se podían comprar) y los medidores (que se podían sacar de los automóviles) Flowers recreó su propia placa de ferrita y condensadores de salida para sintonizar las antenas. Las bobinas de telaraña pueden no ser tan comunes hoy en día, pero se pueden encontrar en receptores Crosley más antiguos y usan menos cable que las bobinas cilíndricas comparables.
Una serie de otras características de los transmisores también evocan nostalgia del período. El acoplamiento a la antena se puede cambiar utilizando varillas de vidrio móviles, aunque sin blindaje hay una serie de factores a tener en cuenta. Un panel vertical al estilo de los años 20´s también muestra medidas del filamento, la corriente de la placa y el acoplamiento de la antena.
Si bien la radioafición se ha vuelto cada vez más de alta tecnología en los últimos años, siempre es bueno ver a personas dedicadas que mantienen vivas las viejas costumbres.
Fuente: Hackaday
No Comments