La robótica tiene relación con muchas disciplinas, entre ellas el arte. Hablar de la intersección entre arte y robótica suele ser muy delicado y extraño para aquellas personas que tienen una formación completamente tecnológica, sin embargo, puede ser muy excitante y representa grandes terrenos para la experimentación y la reflexión. A continuación se abordará de manera breve el tema y se mencionarán algunos de los artistas que han utilizado la tecnología robótica como eje principal de sus obras.

En las últimas décadas, los artistas han estado explorando arduamente la robótica y las máquinas activadas por movimiento. Algunas de las investigaciones artísticas comparten agendas similares con la investigación científica/tecnológica, por ejemplo, explorando los límites de las máquinas “inteligentes”, la destreza del movimiento de la máquina, y las implicaciones de la telepresencia y la telerobótica.

Otros  artistas, sin embargo, persiguen intereses divergentes. Por ejemplo, algunos crean dispositivos robóticos/kinéticos que reflexionan sobre los orígenes militares/industriales de mucha investigación contemporánea. Otros crean dispositivos que satanizan cuestiones de control y la relación de las máquinas con la actividad humana. Y otros abandonaron el énfasis utilitario de la investigación científica para explorar las cualidades de movimiento o apariencia de los dispositivos, tales como, belleza, misterio, intriga, peligro, o aprensión. Sin embargo, para otros, los robots y los entornos de máquina son principalmente usados como ajustes dramáticos para explorar todo una gama de cuestiones personales o formales, similares a las perseguidas por los artistas que trabajan en medios convencionales.

Esta actividad artística ilustra una importante diferencia en la forma que artistas e investigadores abordan la investigación. A pesar de que los científicos y tecnólogos pueden dar un poco de atención al contexto de sus fondos o programas de investigación, los artistas son mucho más propensos a explorar profundamente el contexto cultural que subyace a la actividad de investigación. Cuestionar lo que se da por sentado en otras disciplinas, es a menudo, el corazón de la actividad artística.

Una posición más radical sería sostener que la investigación en robótica es intrínsecamente arte. En “Beyond Modern Sculpture” el teórico del arte Jack Burnham sugiere que la auto-replicación fue el núcleo del arte y que la robótica fue una continuación inevitable de esa búsqueda. Estas ideas son interesantes para algunos artistas que trabajan en el campo. Sobre las bases de las ideas de Burnham, Bruce Cannon, escribió un ensayo titulado “Art in the Age of the Microcontroller”, el cual considera la estética inherente de la electrónica y la robótica:

El autómata de los últimos siglos y los robots electrónicos emergentes en la década de los 60´s, ambos representaron para él la extensión lógica de este esfuerzo. Él sugiere que los propios robots fueron la última extensión de la escultura, y deben ser juzgados como tal, sin ningún otro criterio estético.Que su esfuerzo (de los artistas hacia la autoreplicación) hizo a los robots inherentemente arte, independientemente de su forma física.

A pesar de que más tarde se retractó de todo esto, fue y sigue siendo un salto conceptual increíble.

Precursores del arte kinético

Los artistas contemporáneos que trabajan con robótica pueden trazar sus linajes hacia el arte kinético. El arte kinético es arte que se mueve, impulsado por el tacto humano, fuerzas naturales como el viento, o  por un motor. En los primeros años del siglo 20, los artistas kinéticos fueron pioneros cruciales que buscaban expandir el arte para hacer frente a la cultura contemporánea. En esa época, cuando las normas del mundo del arte estaban firmemente dominadas por medios históricos tales como la pintura y la escultura, hacer arte que se movía era radical. Además, en esta era los artistas dispuestos a trabajar con electricidad, motores, fabricación en metal y nuevos materiales, fueron investigadores tecnológicos como los artistas digitales hoy en día.

Los artistas kinéticos trabajaron desde una variedad de perspectivas. Algunos, como los artistas de la Bauhaus, Futuristas y Constructivistas, y artistas como László Moholy-Nagy, trataron de crear arte que reflejara las nuevas oportunidades que ofrecía el progreso industrial/tecnológico. Otros, como los Dadaístas, Suerrealistas y artistas tales como Marcel Duschamp, fueron más dudosos respecto al progreso. Otros, como Alexander Calder vieron el movimiento, cambio y tiempo como elementos un poco más formales para ser explorados en la composición.

El artículo de Eduardo Kac “Foundations and Development of Robotic Art” identifica a varios artistas de los años 60´s y 70´s  como precursores significativos del trabajo robótico contemporáneo. Nam June Paik y Shya Abe crearon el robot K-456 en 1964, el cual tenía un aspecto vagamente antropomórfico/electrónico sin comportamientos muy sofisticados.  Ellos rodaron este robot, alrededor de las calles en un intento de crear eventos públicos.

En 1966, James Seawright creó Watcher y Searcher, que eran esculturas kinéticas interactivas. En 1970, Edward Ihnatowicz construyó Senster, el cual era un brazo robótico que detectaba la presencia de humanos. En los años 70´s, Norman White ensambló el “Helpless Robot”, el cual pedía a los humanos interactuar con él para que este pudiera funcionar.

Los artistas kinéticos contemporáneos actualizaron este trabajo incorporando tecnología más sofisticada y usando éste para explorar comentarios culturales o investigaciones conceptuales. Además, se debe tener  en cuenta que la frontera entre el arte robótico y kinético no es claro debido a la amplia gama de significados que ha tomado la palabra “robot”. La apariencia de humanoide no es un requisito. Lo más probable, es que muchos de los artistas que ahora piensan en sus trabajos como experimentos en robótica, los habrían considerado como arte kinético hace unos años.

He aquí unos videos que ejemplifican el arte robótico y kinético:

Fuente: Information Arts: Intersections of Art, Science, and Technology