Hoy en día es común ver a niños desde los 2 años de edad, en los pasillos de jugueterías, fascinados con juguetes que utilizan electrónica básica. Los fabricantes están implementando LEDs y generadores de audio en casi todas las cosas para niños. Por lo que Miria Grunick pensó: “¿por qué no hacer algo similar yo misma? Ella lo llamó la Blinky Box. Se trata de una caja de acrílico rellana con bonitos LEDs que son controlados con unos botones.
El cerebro es una placa Teensy 3 la cual monitorea unos 6 botones de colores, un selector de modo a un costado y un interruptor de encendido/apagado. Este dispositivo se alimenta con una batería de Litio que se carga a través de USB. Y adentro hay una tira de LEDs RGB asignables.
Además de que los LEDs prenden del mismo color del botón que es accionado, también se les puede asignar efectos de desplazamiento y atenuación. Miria cree que no sólo se trata de un juguete cualquiera, sino que además, en un futuro, puede funcionar como una herramienta de aprendizaje para la programación.
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