Autómatas mecánicos

Sin duda alguna, automatizar movimiento era tarea que sólo unos cuantos podían resolver, a través de mecánica pura, hace algunos siglos. Los Autómatas representan la cima de la realización de un universo mecanicista, que requiere considerable habilidad para construir. La mayoría de sus inventores, como Pierre Jaquet-Droz, eran relojeros, y un autómata como el niño escritor fabricado hace unos 240 años, está lleno de piezas móviles para automatizar el movimiento.

El niño escritor de Jaquet-Droz es especialmente impresionante teniendo en cuenta  sus casi seis mil partes móviles que se encuentran dentro del cuerpo del niño, y que uno puede “programar” el texto que el niño compone. Puede sonar un poco exagerado afirmar que estas diversiones de relojería fueron las precursoras de la computadora, lo cierto es que han influenciado a inventores e ingenieros desde hace siglos.

Probablemente hayas oído hablar de otro famoso autómata: El Turk, (que en realidad era un engaño, ya que albergaba a un operador dentro de su base). El Turk, sin embargo, logró inspirar a Charles Babbage para perseguir la construcción de un dispositivo mecánico capaz de realizar funciones matemáticas: la máquina diferencial.